La trata de personas es una de las actividades criminales que más se ha extendido en el mundo, y su alcance se ubica, según expertos, solo por detrás del tráfico de drogas. Se trata de un delito atroz, una nueva forma de esclavitud que oprime a unas cuarenta millones de personas en todo el mundo. Pero la industria petrolera y gasífera se ubica en una posición extraordinaria para ayudar, y está tomando iniciativas para combatir este flagelo internacional.

 

La industria petrolera y gasífera, dominada mayormente por hombres, es especialmente propensa a involucrarse en la trata de personas. Desde los campos petroleros hasta las paradas de camiones, los traficantes han utilizado la industria como base para sus actividades criminales. Pero con su red de camioneros y personas constantemente en el camino, también ofrece una excelente oportunidad para ayudar a combatir el problema.

 

Las compañías petroleras se han asociado con el grupo “Camioneros contra el tráfico” para crear conciencia y orientar en la industria sobre cómo aprender a detener este delito. Camioneros contra el tráfico cuenta con el apoyo de los principales grupos de camiones y ha emprendido un programa de capacitación móvil llamado “Proyecto Conductores por la Libertad”.

 

Este proyecto ha incluido una serie de talleres y exhibiciones móviles en todo el país. Las exhibiciones comprenden relatos de primera mano de víctimas que sobrevivieron a la trata de personas. Las historias de su sufrimiento son desgarradoras, mientras que su mensaje sobre cómo escaparon y se regeneraron es empoderador. Muchas fueron seducidas por el control de un proxeneta con promesas de trabajo para terminar atrapadas en una vida de prostitución.

 

La capacitación también incluye información sobre cómo se puede reconocer en la industria petrolera el tráfico de personas y detenerlo. A los trabajadores se les enseña cuáles son los signos más comunes de la trata de personas para que puedan denunciarlo a las autoridades.

 

Las compañías petroleras y gasíferas también están comenzando a hacer más por su cuenta para ayudar a combatir el problema. Shell recibió muchos informes de conductores sobre prostitución forzada en paradas de camiones y estaciones de servicio. La compañía respondió con una campaña para generar conciencia pública, reproduciendo anuncios de servicio público en las pantallas de televisión en sus bombas de gasolina.

 

La trata de personas es un problema verdaderamente abominable que arruina vidas y acecha la dignidad de la humanidad. No es fácil detenerlo, y ninguna medida por sí sola será suficiente para combatirlo de manera efectiva. Pero la industria petrolera está haciendo su aporte al crear conciencia y capacitar a los empleados sobre cómo responder ante este flagelo.